SANTO DOMINGO. Ha caído la noche en Washington, pero decenas de curiosos observan con prismáticos y apuntan con cámaras fotográficas a un ave rapaz del Ártico de suntuoso plumaje blanco, encaramada en lo alto de una estatua, muy cerca del Capitolio.
Hace días que circula el rumor de que un búho nival ha llegado a la ciudad.
«¡Está ahí!», grita uno de los ornitólogos aficionados. Acto seguido los trípodes se desplazan en busca de un mejor ángulo de visión para captar su belleza